Las cuerdas de la ignorancia

Las cuerdas de la ignorancia

domingo, 22 de mayo de 2011

La ignorancia, manjar de corruptos y tiranos
La ignorancia es la fuente de abastecimiento de los corruptos y los tiranos. Un pueblo ignorante no puede, de ninguna manera disfrutar de un nivel de vida digno, pues no tiene la capacidad para poder elegir un gobierno que lo represente adecuadamente.  Un segmento muy significativo de la sociedad Latinoamericana, sufre de un nivel de ignorancia extremadamente alto y, lo que resulta más vergonzoso, poco se está haciendo para educar a estas sociedades.
"Nadie puede Reclamar lo que no sabe que posee."
Los medios de comunicación, especialmente la televisión, ofrecen  una mínima programación educativa.  Los programas televisados dirigidos a la juventud, en su gran parte, carecen de mensajes educativos tan necesarios para el desarrollo de las jóvenes generaciones, además de que en algunos casos no disponen del personal capacitado para producirlos o conducirlos.
Las difusiones dirigidas a los jóvenes se pueden definir como pobres en contenido y en algunos casos transmiten mensajes desvalorizantes.  La programación destinada a la población adulta carece, igualmente, de sustancia educativa: escasean los espacios dirigidos a conservación de energía, reciclaje, salud pública, ecología, educación socio-política, etc. Por otra parte, desde los medios se difunden con frecuencia estereotipos errados como el racismo y otras formas de discriminación.

Aparentemente muchos gobiernos no toman en serio ni priorizan la necesidad de educar al pueblo que los eligió. ¿Por qué? ¿Será que aún hoy día los gobernantes y otros sectores se nutren de su ignorancia? Algunos Gobiernos en Latinoamérica al igual que en la cuenca del Caribe, no le ofrecen al pueblo, satisfactoriamente, seguridad social, atención medica, servicio de sanidad, justicia imparcial, energía eléctrica dependible, protección policíaca eficiente, entre otros servicios. 
Las naciones desarrolladas se componen de una ciudadanía educada y disciplinada que no permiten los abusos que son tolerados por las sociedades subdesarrolladas.

Aunque algunos gobiernos han hecho un esfuerzo por mejorar los servicios públicos, la verdad es que el final del siglo nos ha llegado con un nivel de atraso vergonzoso.

La educación es uno de los mayores problemas que existe actualmente en la Región.  Constituye una cuestión a resolver ya que se trata del pre-requisito para que el proceso democrático y educativo pueda proseguir sin percances y demoras innecesarias.  Un pueblo ignorante suele elegir un gobierno ignorante y propenso a la corrupción, el cual no sirve a los verdaderos intereses del pueblo sino a los suyos propios.

Ya es hora de cambiar el rumbo!  ¿Cómo podemos empezar el verdadero proceso educativo de la población?.  ¿A quién o dónde podemos acudir para que nos salve de nosotros mismos?  ¿Quizás a los mismos que usan como estrategia la ignorancia?  Eso seria el colmo de la ignorancia misma. Es una especie de círculo vicioso que debemos romper.

Adoptemos una nueva estrategia que parta de un estudio profundo de la realidad y llevemos a los dirigentes políticos a la arena del debate público para que expongan con rigor sus planteamientos sobre este tema tan relevante.

El movimiento educativo debe empezar en todos los niveles, encabezado por ciudadanos e instituciones dignos y honestos, y claro que sí, buscando ayuda en el exterior de instituciones internacionales especializadas en la temática socio-educativa. Es deber de los que poseen un nivel educacional que les permita ver y evaluar la realidad, de no meter la cabeza en la tierra.  Pongamos el grano de arena para mejorar la sociedad latinoamericana, en estos momentos todavía oprimida por la ignorancia.


La sociedad de la ignorancia
Gonçal Mayos / Antoni Brey (Eds.)
Península. Barcelona, 2011. 236 páginas, 21'90 euros
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Bernabé SARABIA | Publicado el 13/05/2011



El avance de las nuevas tecnologías está dejando gente en la cuneta. Bolsas de pobreza, grupos marginados y mucha gente mayor no ha podido subirse al carro de la informática. Los sociólogos saben que no todo el mundo es capaz de obtener en un aeropuerto la tarjeta de embarque con un teléfono móvil en la mano. Ni eso, ni otras muchas cosas. Se han creado microrroturas sociales y brechas generacionales que hace tres décadas no existían. Pese a estos inconvenientes, la evolución, el desarrollo de la sociedad de la información se ha percibido, en su conjunto, como algo beneficioso.
Con este horizonte cognitivo, con la creencia en la revolución científico-técnica como algo estrictamente beneficioso para la humanidad, entra el lector en este sorprendente libro. Pero ya en el prólogo el reputado paleontólogo y antropólogo Eudald Carbonell advierte: el avance tecnológico está creando tensiones culturales. Los procesos de socialización de la cultura y la educación están creando situaciones de incertidumbre sobre nuestro futuro. 
Tras este aldabonazo, seis sólidos profesores universitarios, Joan Campàs, Daniel Innerarity, Ferran Ruiz, Marina Subirats, Gonçal Mayos y Antoni Brey, estos dos últimos ejerciendo de editores, tejen, con sus correspondientes contribuciones,una sólida argumentación destinada a poner en evidencia los aspecto negativos de la sociedad de la información
La idea compartida de base es que la humanidad ha evolucionado en dos direcciones. Por un lado la biológica. Por otro, la cultural y tecnológica. Dichas evoluciones se han ido desplegando con cierta simetría durante millones de años hasta que la cultural, en sus dimensiones tecnológicas y cognitivas, ha pegado un salto hacia arriba y ha generado una masa increíble de conocimiento. 
Al crecer el saber exponencialmente a lo largo de las últimas décadas, la base biológica y genética de la humanidad comenzaría a sufrir una asimetría peligrosa para sus miembros. Los límites biológicos y neuronales de la condición humana serían, en opinión de los autores, incapaces de asumir el crecimiento hiperbólico de la información disponible. “Dada la creciente desproporción entre la capacidad colectiva para generar saber y la capacidad individual para asumirlo e integrarlo en nuestra experiencia vital, parece justificado y quizás inevitable pensar en el advenimiento de una 'sociedad de la ignorancia o de la incultura'". 
Dicho de otra manera, para los autores nos encontramos ante una tremenda paradoja. Una potente y exitosa sociedad del conocimiento edificada en las sociedades postindustriales más avanzadas cuyo éxito deriva en la creación de una sociedad de incultos: los nuevos analfabetos funcionales generados por las nuevas tecnologías. 
La base de la tesis expuesta en este volumen radica en considerar que la sociedad del conocimiento requiere una especialización cada vez mayor. Dicha especialización laboral y académica habría dejado de ser una elección libre para transformarse en una necesidad impuesta por la lógica del mercado. Es decir, el saber de la “sociedad del conocimiento”se especializa en manos de expertos cada vez más hundidos en sus ámbitos particulares. El sabio generalista quedaría como un residuo del pasado. 
El gran éxito de las TIC e Internet, el crecimiento “hiperbólico” generado por la humanidad, quedaría muy por encima de las posibilidades de procesamiento del individuo. Sus capacidades cognitivas serían incapaces de orientarse entre tanto exceso de producción especializada. El ciudadano corriente podría encontrarse intoxicado ante tanta información. De este modo, la gobernanza y el empoderamiento que caracterizan a la sociedad democrática actual peligrarían. Cuestiones complejas como el cambio climático global o el uso de la energía atómica exigirían un tiempo, un saber y una capacidad de reflexión cada vez más escasos. Quedaría una ciudadanía recluida en sus particularismos, con una vida reducida a su privacidad y a la mera alternancia entre el ocio para el consumo y el trabajo para la producción. 
Pese a que los autores tienen una visión convergente, sus perspectivas no son idénticas. Subirats subraya el papel de la educación para hacer más racional el comportamiento social. Innerarity busca cruzar los límites de los paradigmas explicativos de los distintos saberes. Campàs destaca los aspectos conflictivos del mercado, y Ruiz Tarragó aboga por transformar las TIC en espacios abiertos a los procesos educativos. 
El texto de Brey, ingeniero de telecomunicaciones, destaca que en el siglo XXI ha quedado obsoleta la comunicación entendida como un proceso de toma de turnos “uno a uno”. La hora del teléfono o el servicio postal ha dejado paso a las comunicaciones “uno a todos”, representada por una topología en forma de árbol y a la comunicación “todos con todos” asociada a una compleja forma de red. Lo que representa una verdadera revolución, “comparable a la aparición del habla, la escritura o la imprenta”. Dicha revolución ocasionaría una gigantesca producción de conocimiento que podría estar contaminado por un bajo “contenido reflexivo”. Así, las tecnologías que hoy contribuyen a conocer y ordenar el mundo podrían estar convirtiéndonos en individuos cada vez más ignorantes. 
El camino hacia la ignorancia quedaría facilitado para Brey porque las connotaciones negativas de la ignorancia han ido desapareciendo. Incluso al contrario, cierta ignorancia actuaría como un facilitador social capaz de producir simpatía en el resto de la gente. En una sociedad de ignorantes fascinados por la tecnología quedaría, eso sí, una casta de expertos en los resortes financieros de un modelo insostenible a la larga. 
Mayos cierra este original y tenso volumen con un texto en el que de un modo minucioso va desgranando “las paradojas constitutivas de la posmodernidad”. Encuentra curiosas concomitancias entre la banalidad de la sociedad del consumo y el espectáculo y la imaginación desbordada de la sociedad de la información y del conocimiento: “La sociedad del conocimiento no sólo se solapa con la sociedad de la incultura, sino que la crea o al menos la muestra en toda su evidencia”. Y la incultura, añade, es un peligro para la democracia. 
La lectura de libros de la altura del reseñado harían imposible la sociedad de la ignorancia.
A diferencia de sus progenitores, las próximas generaciones de jóvenes serán nativos digitales. Crecerán vinculados de una manera íntima al ordenador y a una cultura digital que a sus padres se les antojará casi marciana. Por ello, numerosos expertos en educación y sociología alertan de que los adultos no pueden permanecer alejados del mundo de sus hijos, por muy indescifrable que les parezca, y deben acompañarles durante sus primeros años de navegación por Internet, así como asesorarles en el mundo de las redes sociales. Gemma Martínez, investigadora de la Universidad del País Vasco y miembro del equipo que representa a España en el proyecto europeo EU Kids Online (Menores Europeos en la Red), perteneciente a su vez al programa Safer Internet de la Comisión Europea, apuesta por fijarse en los aspectos positivos de la Red, que son muchos, pero advierte de que se debe estar cerca del menor y sus actividades hasta que éste tenga criterio para distinguir lo bueno de lo malo. Tal como Martínez subraya: "Los peligros que entran dentro de la categoría de delitos, normalmente se deben a un uso inapropiado de las herramientas de Internet por parte del menor". 

LAS EXIGENCIAS ACTUALES DE TRABAJO

A si mismo la situación actual puede ser interpretada como normal, razonable y comprensible, y muy en la línea de lo que hoy frecuentemente se exige al sistema educativo, es decir, que produzca lo que demandan las empresas y el tejido productivo de un país a fin de contribuir al "progreso" colectivo, tal y como hoy en dia no lo exigen escuelas como el CONALEP que se enfoca a una "etica" profesional que solo sirve a las grandes empresas que en su mayor parte son extranjeras y por lo tanto no contribuyen al progreso real del pais y de la sociedad. El sistema actual trata de hacer dsel ser humano una maquina de produccion para el mismo consumismo. Es natural que nadie aspire a estudiar Filosofia o física teórica si no le ha de servir para "ganarse" la vida adecuadamente, y es innegable que el esfuerzo del estudiante difícilmente se verá recompensado con un puesto de trabajo bien remunerado en su especialidad. Todo esto ha logrado una decadencia donde las personas viven con miedo por no saber y ha logrado que esta gente ya no vea mas alla de lo que nos pintan y ahora nos hemos acostumbrado a la condicion de esclavo aunque no sea asi como nos pintan la vida moderna.....

CAUSAS Y EFECTOS DE SER IGNORANTE

Yo pienso que ignorar es no saber, no tener idea de nada, no inquirir ni cuestionarse, no inquietarse, no registrar, no aprender, no discurrir, ni reflexionar, ni pensar, ni inferir ni conjeturar; y no se trata tanto de ciencia como de conciencia.
El ignorante ignora, está ausente e inconsciente.
Estamos rodeados de ignorantes, de seres que pasan por la vida mirando sin ver, oyendo sin escuchar y hablando sin decir nada.
¿Me pregunto dónde estarán las personas pensantes y conscientes?
La ignorancia es la falta de respeto a la inteligencia, porque se ignora, no se usa, se deja de lado, prefiriendo el ignorante actuar por reflejo.
El ignorante reacciona y no piensa, es puro instinto y su característica es la violencia.
El ignorante arrebata la intimidad de las mujeres y las viola, porque es incapaz de acceder a ellas con dignidad de hombre.
La mujer es fácil que se prostituya para vivir, tenga hijos por ignorante y no los cuide, y que viva en el abandono y la desidia.
Quisiera saber si se es ignorante por condición o por elección. Prefiero creer que es por las dos cosas.
Aunque estoy seguro que el ignorante por condición puede redimirse mientras que el que elige ser un ignorante no tiene remedio.
Hoy en día son pocos los que saben escribir correctamente, y que logran expresar una idea claramente a través de la escritura.
La juventud actual no lee, sólo se atreve a comprometerse con lecturas breves con significados concretos porque como no saben ni escribir ni leer tienen mucha dificultad para concentrarse en la lectura.
El ignorante adopta la forma de pensar de la mayoría, que es la que no piensa, para no tener que discernir ni pensar.